Mi niña

Somos tinta de cada línea que escribo
paseamos desnudos en cada verso
nos besamos al recitarlo.
Jugamos como niños desbocados
entre los espacios que crean nuestras palabras
enamorarnos es justo a pie de página.
Cantarte sobre mi firma
es un detalle que te regala mi aniversario
jurarnos en el punto
es nuestro propio verbo
amarnos, seguir escribiendo.
Sin ti no hay cuento ni mirada fija
Sin ti no hay papel que aguante ni mano que sostenga.
Sin ti nos acabamos
Y con nosotros este verso.

Quizás

Quizás le hable a mi sombra esta noche
mientras vago por cualquier lado.
Es posible que aguante el impulso
de subir la mirada.
Quizás me vuelva lobo
y aúlle mis penas.
Quizás me dedique a huirle al día
y me esconda tras la luna
diáfana, sutil,
víctima eterna de mis líneas.
Tal vez muera sin amanecer
desgarrado por la tristeza salvaje.
Tal vez ya no sea
el nombre al pie de estos versos.
Tal vez sólo soy
el sueño de alguien
que ya me olvidó

Vino

Te deslizas por mi lengua
cayendo en mi garganta
con tu inefable sabor que cierra mis ojos.
Derramas mis instintos,
se desbocan contemplando
tu cuerpo inerte bajo mis manos;
cuerpo que desea ser tocado
por mí,
para exprimir su sangre diáfana,
cálida y dulce.
Vacilas ante mis ojos,
te vuelves más inocente.
Gentil ruedas nuevamente por mis labios
y repites tu sensual agonía
hasta verme caer
frágil en tu ser.

Cata

Sabe a soledad y malicia de vida pobre
A falta de besos
A sobra de ánimos fantasmas
Sabe amarga esta visión, esta vida
Sabe a vapor y humo hueco
Sabe a delirio y a sueño ciego
Sabe a una muerte por querer morir.

Al final del día

Se sienta en la mesa
Conversa en silencio con la sombra
De su vaso a medio llenar,
Y observa de frente al silencio que lo acompaña
Sobrio, seco,
Tácito.
Y atraviesa el aire
Una palabra muda
Formada por algún conjunto de suspiros
Motivado por un recuerdo, un presente,
Una ausencia
Sostenido por la fuerza invisible
De una armadura cansada.

Semilla

Germinaste
entre piel y sangre
Diluyendo con tu huella
mi soberbia.

Bruma

Me debato
entre tu mirada y la niebla
sin saber que es lo mismo.
¿Para qué?

Agujas

Llueven agujas heladas cercenando mi piel
mientras mi vista se cierra y mis ojos al cielo se escapan.
Bailan desnudas las nubes sobre mí
en su fiesta de gélidos suspiros,
roncan felices los cielos ante tal ilusión.
Se acercan a la calle vapores de húmedas caricias
que completan la tarde de mi día sin ti.
Vuelan hacia ningún lado los deseos de verte otra vez,
tan ajena, distante;
con mirada vacía, sin alma existente.
Quieren mis manos agarrar un viento
que se resbale entre las gotas
que implacables caen sobre mí
con su ser inefable e instintos carnales.
Baja mi rostro hacia el suelo
encandilando mi vista al abrirse
entre la sangre transparente
que resbala en mi piel.